Lugar de origen: Colombia

        Lugar de Residencia: España

Fuera desde: 2010

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

José Goyes, la vida de un líder social en el exilio

Yo creo que se valoriza aquí mucho más una visita. Para nosotros es muy importante que llegue la gente es como un aire fresco. Se renueva el espíritu.”
El salón de su casa está decorado con dibujos de Camilo y José Manuel, sus dos hijos pequeños.
José Goyes, al ser refugiado, no cuenta con un pasaporte válido en Colombia, ni la nacionalidad española. Para desplazarse tiene este documento de viaje.
Goyes anhela el regreso a Colombia: “Yo quiero una finca donde tenga todas mis cosas: animales y árboles, poder vivir ahí.”
Goyes fue invitado a la última Cumbre del cambio climático en Dinamarca. Allí se encontró con representantes indígenas de Bolivia que le obsequiaron estas hojas de coca, difíciles de conseguir en Europa.
"A pesar de que vivo bien, tengo trabajo y económicamente estoy bien,  me faltan muchas cosas de las que tenía en mi tierra. Salir a la finca, ir a agarrar las naranjas, las mandarinas, los mangos, los aguacates, cortar la caña, hacer la miel.”
José Goyes conserva esta fotografía tomada en la sede del partido Comunista en Bogotá, Colombia.

En un rincón de la cocina José Goyes riega sus plantas, así intenta mantener su vínculo con la tierra. Afirma que no existe comparación con el verde de su natal Cauca, región del suroeste colombiano, que abandonó hace ocho años para salvar su vida y la de su familia.

“Cuando estuve en Estados Unidos, varias organizaciones me plantearon no regresar"

El 5 de junio de 2008, hombres armados dispararon en repetidas ocasiones a José. En aquel entonces, Goyes se desempeñaba como gobernador del Cabildo Indígena de Honduras y era miembro de la Comisión Política del Consejo Indígena Regional del Cauca (CRIC).

“Cuando estuve en Estados Unidos, varias organizaciones me plantearon no regresar. Regresé y a los ocho días de estar en Colombia las persecuciones y amenazas de grupos paramilitares continuaron. Eso hizo que las organizaciones colombianas e internacionales me dieran la recomendación de salir del país inmediatamente”, recuerda Goyes.

Durante más de una década, José Goyes trabajó en la defensa de los derechos de grupos étnicos del Cauca. En esta región, la presencia histórica de actores armados ilegales se encuentra relacionada con su montañosa geografía de difícil acceso. También del desarrollo de megaproyectos de explotación de recursos naturales y de la presencia del narcotráfico, actividades económicas que ganaron importancia a partir de los años noventa.

La actividad de Goyes se enfocó en recuperar y mantener a salvo su territorio, exigiendo al gobierno la implementación de planes adecuados para el uso de recursos hídricos y oponiéndose a megaproyectos mineros e hidroeléctricos.

“La lucha contra las empresas mineras, fue sobre todo contra Anglo Gold Ashanti, Cosigo Resources y Frontino Gold en Suárez. Tenían y tienen la intención de despojar de sus tierras a los hermanos afrodescendientes e indígenas de los municipios”, afirma Goyes.

El Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas registró 6.726 violaciones a los derechos humanos, de las cuales 1.869 corresponden a asesinatos políticos

Los indígenas, que representan un 2,7% del total de la población colombiana, se han visto especialmente afectados por el desplazamiento forzado, el asesinato de líderes comunitarios y la violencia de género, entre otros.

De 1974 a 2004, el Sistema de Información sobre Pueblos Indígenas registró 6.726 violaciones a los derechos humanos, de las cuales 1.869 corresponden a asesinatos políticos de dirigentes, autoridades indígenas y de personas de las comunidades que ocupan puestos de liderazgo.

Según un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, el desplazamiento de los pueblos indígenas está estrechamente relacionado con los intereses rentistas sobre sus territorios y los recursos naturales que estos poseen.

 

La situación fue reconocida por la Corte Constitucional, la cual constató que el conflicto armado colombiano amenazaba con el exterminio cultural y físico de docenas de comunidades y pueblos indígenas a lo largo del territorio nacional.

Este conflicto ha obligado a Goyes a exiliarse en España para proteger su vida. Lo que no pudieron hacer los más de 66 indígenas que fueron asesinados el mismo año en el que Goyes salió de Colombia, según cifras de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

Hoy, José Goyes, desde Vitoria-Gasteiz, continúa trabajando por la defensa de los derechos humanos, colabora con la Cruz Roja y en el mecanismo de expertos de la ONU. Desde allí, sigue exigiendo justicia para su comunidad y  por primera vez existe la posibilidad de obtenerla.

En agosto de 2018, los pueblos indígenas presentaron más de 230 mil casos de violaciones a miembros de estas comunidades en el marco del conflicto armado colombiano. Estos serán estudiados por la Justicia Especial para la Paz, un tribunal independiente creado tras el Acuerdo de Paz.

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