Lugar de origen: Colombia

        Lugar de Residencia: España

Fuera desde: 1998

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mario Calixto, un líder en el exilio por oponerse a la explotación de recursos naturales

En 1998 Mario fue galardonado con el premio Robert Kennedy en Washington y le otorgaron este busto.

Cuando tienen visitas, Mario busca y organiza documentos, recortes de periódicos y fotografías de su historia para mostrarlas.

Mario pasea cada mañana a su perro de 13 años. “Es una ciudad en la que se puede caminar tranquilamente.”

Mario conserva los documentos relacionados con su exilio, como testimonio del proceso que la familia llevó para recibir su estatus de refugiados en España.
Hola Latinoamérica, es el programa de radio de Mario y su esposa Mireya. Se emite los sábados por la mañana y es para ellos un aporte en la difusión y denuncia de las violencias en América Latina.
Sabemos que los cambios en Colombia no los vamos a ver nosotros y esperamos que la generación de los nietos los pueda ver. Así sea un mínimo cambio o unas mínimas garantías.”
Mario conserva esta fotografía de él dando un discurso en Washington por la defensa de los derechos humanos.

El 23 de diciembre de 1997, dos hombres armados irrumpieron en casa de Mario Calixto y apuntaron con un arma a su cabeza. Logró escapar en compañía de su esposa Mireya Perea, sus hijos y su madre, con la ayuda de dos brigadistas internacionales de paz (PBI).

Los PBI estuvieron con ellos desde 1995. Su acompañamiento se incrementó a la vez que las amenazas y el peligro también lo hacían. Su presencia se convirtió en algo permanente.

El hecho fue presuntamente ordenado por Guillermo Cristancho Acosta, alias Camilo Morantes, jefe paramilitar de Santander y del Sur del Cesar, que, según el portal Verdad Abierta, ordenó la masacre del 16 de mayo de 1998 en Barrancabermeja y estuvo detrás del despojo masivo de tierras en el municipio de Sabana de Torres.

Mario escapó en compañía de su esposa Mireya Perea, sus hijos y su madre, con la ayuda de dos brigadistas internacionales de paz (PBI)

Ese 23 de diciembre cambió la vida y el futuro de la familia Calixto Perea. Mario tuvo que dejar atrás su trabajo como profesor, la dirección del Comité Regional de Derechos Humanos

y su participación en la Comisión Municipal Pro-reversión de los Campos Petrolíferos de Sabana de Torres.

En 1998 durante el gobierno de Andrés Pastrana, la violencia, el despojo y la persecución hacia las comunidades campesinas y los defensores de derechos humanos se incrementaron en Santander. En esta región grupos paramilitares, grupos guerrilleros y el Ejército Nacional tuvieron presencia durante la década de los noventa.

Según el informe presentado por el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, en el 2014 grupos paramilitares buscaron, no sólo contrarrestar la presencia guerrillera, sino también frenar a los movimientos campesinos y cívicos que cobraron fuerza. Movimientos enfocados en la defensa de los derechos humanos y la resistencia pacífica a la guerra.

Mario, ahora exiliado en España recuerda la violencia que se vivía en su región. Asegura que los intereses económicos de las multinacionales y del Estado colombiano fueron determinantes para su salida. Por ser defensor de los DDHH y miembro del sindicato de maestros, Calixto fue señalado como un obstáculo en el desarrollo de proyectos mineros y petroleros en el territorio.

Los intereses económicos de las multinacionales y del Estado colombiano fueron determinantes para su salida, asegura Calixto

“Detrás de los recursos naturales están los que todos sabemos: las multinacionales o empresas poderosas, compañías como Ecopetrol y multinacionales como la Texaco, la Epson y otras más. Nosotros chocamos con estas empresas porque las denunciamos.”

Desde hace más de 20 años Mario, como muchos otros líderes de movimientos sociales y ambientales, ha denunciado la explotación de recursos naturales en Colombia. Contrario a esto, la Agencia Nacional de Hidrocarburos sólo en 2017, firmó 13 contratos para la exploración de yacimientos no convencionales en diferentes regiones del país, entre ellas Santander. La explotación de este tipo de recursos tiene severas implicaciones medioambientales.

Hoy, Mario Calixto, residente en Vitoria-Gasteiz, pertenece al grupo de más de medio millón de colombianos, según cifras de ACNUR, que se han visto obligados a abandonar Colombia para proteger su vida.

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